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viernes, 3 de junio de 2011

Lo entenderás cuando seas mamá

Sabido es que uno de los beneficios del colecho en los primeros meses de un bebé es que el patrón de su respiración se regulariza por imitación del de su madre. Otro beneficio es el menor riesgo de SMS (síndrome de muerte súbita) ya que el bebé no entra en fases del sueño muy profundas, que es cuando más riesgo existe.
Detractores del colecho argumentan la incomodidad de dormir junto al bebé como uno de los motivos por los cuales no practicarlo. Cierto es que algunas madres colechadoras, entre las que me cuento, duermen a trompicones; no se duermen mientras el bebé está mamando, van al baño antes y/o después, se levantan a beber agua, se aseguran de que el bebé esté bien tapado pero no con la manta sobre el rostro, etc. Oyendo tal lista casi disuadiría a casi cualquiera de dormir junto a su bebé. No era mi intención.
Si la solución a dormir poco y con interrupciones fuese poner al bebé a dormir separad@ ya lo habría hecho, a mi pesar, valga añadirlo, ya que nuestro motivo básico para dormir juntos (incluyo al papá en esto) fue un deseo de estar juntos más tiempo.
A mi parecer, las molestias que he mencionado no son más que accidentales, hay noches mejores y noches peores. Lo que realmente ha cambiado mi patrón de sueño no ha sido el colecho sino la maternidad. Es ser madre lo que hace que duerma con un ojo abierto y otro cerrado, por si acaso. Es la fusión con mi bebé lo que hace que tosa si ella se atraganta y me despierte de repente si ella tiene una apnea más larga de lo habitual. Es ser madre lo que hace que si se queja en sueños no pueda ignorar su queja, darme la vuelta y seguir roncando. Todas estas razones, y otras que me dejo en el tintero, hacen que crea que poner a mi hija a dormir en una cuna o en otra habitación no se ajusten a nuestras necesidades ni a nuestros deseos. Si además de despertarme, cosa inevitable, tuviese que levantarme e ir a otra habitación, entonces ya no valdría la pena ni intentar dormir un rato...
Soy consciente que esta es mi experiencia concreta pero imagino que no soy la única que siente así.